viernes, agosto 25, 2006

El árbol conciente de crecer


En algún mundo cercano, existió muchas veces el mismo árbol, hasta que un día abrió los ojos, observó sus ramas y sintió sus raíces, comenzó a escuchar... escuchaba el viento. Se dió cuenta de que no estaba solo, porque junto a él habían otros que intentaban crecer, unos menos que otros. Existían árboles de los cuales sólo quedaban unos secos y podridos troncos, pero este árbol era especial, se hizo famoso entre los demás árboles, le llamaron "Vita". Amanecía en el mundo y ahí estaba Vita, al medio del bosque, entre todos los demás árboles, observando cómo peleaban para obtener una gota de rocío. Vita sólo quería saber cómo conseguir más luz, necesitaba crecer lo suficiente para alzar sus ramas hacia un nuevo espacio de luz. Tomó impulso, se concentró en poder llegar al último extremo se sus raíces al mismo tiempo que al último extremo de sus ramas y estirarse lo que más pueda. Así lo hizo y cada día crecía un poco más, los demás árboles se mofaban de Vita, pronosticando teorías acerca de lo que pasaría e intentando convencer a Vita de que desista de esta extraña manera de crecer sólo vinculado a encontrar más luz. Mirando el bosque que tantos momentos en su recuerdo dejaban, Vita sintió la tierra y el cielo en un sólo momento, acumuló fuerzas y con mucha voluntad creció y creció hasta donde ningún árbol había llegado nunca antes, pudo tener una mayor luz a esa altura, pero algo le decía que mientras más altura mayor sería la luz. Un día el viento le habló, dijo: "Vita ¿por qué miras sólo hacia cielo, olvidando que tus raíces están en el suelo? Mientras sigas pensando que crecerás diariamente cierta cantidad, dificil será que despegues tus raices de la tierra"· Vita reflexionó mucho en esto, se durmió y luego abrió los ojos en su sueño. Notó que sus raíces no estaban en la tierra y aún sentía la luz, su cuerpo cambió de color, su entendimiento se volvió mucho más intuitivo. Aún dejando el bosque Vita no sentía esa plenitud que tanto había buscado. Apareció frente a sus ojos el Sol, con algo de timidez Vita le dijo: "Sol, quiero crecer..." de inmediato el Sol la interrumpió diciendo: "Yo también quiero crecer, unámonos porque sólo eres tu lo que me falta para volvernos uno". Así Vita y el Sol se comenzaron a unir... y ahí seguía el Viento. Como últimas palabras dijo: "Para poder unirse completamente Vita, debes entregar la parte de ti que más cuidas... a ti misma". Así vita, al unirse con el sol primeramente dió origen a un nuevo fruto y cuando todo estaba listo se volvió el mismo Sol para iluminar ese nuevo fruto, acompañándolo en su crecer.